John Kampfner en su libro Por qué los alemanes lo hacen mejor. Notas sobre la primera economía europea escribe que “ningún país ha causado tanto daño en tan poco tiempo” y que “ningún país ha conseguido tan buenos resultados en tan poco tiempo”, el autor sostiene que “Alemania se mantiene firme como bastión del decoro y la estabilidad”, que, “en comparación con las alternativas que se ofrecen en Europa y más allá, tienen muchos motivos de orgullo” y que “la Alemania actual es la mejor que ha conocido el mundo”.Si ha habido una coyuntura que haya puesto a prueba al país, esta fue la de la reunificación. Proceso cuyo mayor error le parece a Kampfner el de no haber sabido encontrar a más personas del Este capaces de ocupar puestos de responsabilidad. Una excepción a esa integración de personas del Este es Angela Merkel, “ella ha sido la personificación del profundo anhelo de estabilidad del país”. La fiabilidad y la prudencia han sido dos de las características dominantes de la vida en la Alemania actual, y ambas las ha personificado esta mujer que ocupará un lugar en la historia mucho más destacado que la mayoría de sus homólogos europeos y occidentales. Merkel jugó un papel importante en “uno de los momentos más extraordinarios de la rehabilitación de Alemania después de la guerra”, la crisis de los refugiados de septiembre de 2015, cuando la espontánea solidaridad de la gente hizo que Alemania mostrara su mejor cara. “Ningún país manifestó ni por asomo una generosidad equiparable”.
Si en algo destaca Alemania es en su milagro económico, basado en la economía social de mercado, síntesis entre la libertad de mercado y la protección social. Esta economía se basa, a su vez, en el llamado Mittelstand (la clase media); las empresas medianas, que ocupan a las tres cuartas partes de la fuerza de trabajo alemana, generan más de la mitad de su producto económico. El Mittelstand se caracteriza por la vinculación regional, los lazos familiares (las empresas familiares generan alrededor del 80% del PIB alemán), responsabilidad social y el acento en la especialización (muchos de los empresarios más exitosos han ideado un solo producto). Otro aspecto destacado de la economía alemana es la presencia por ley de los trabajadores (elegidos habitualmente por la vía sindical) en los consejos de administración. Esa participación tiene efectos neutros o muy positivos según todos los criterios de evaluación del éxito empresarial; y contar con sindicatos fuertes y canales de participación regulados es preferible a una representación de los trabajadores más débil y airada, y menos predecible. “Los alemanes no ven ninguna contradicción entre el éxito económico y la cohesión social… Cuando en Alemania se convoca una huelga, se trata invariablemente de un último recurso, y la mayoría suelen desembocar en un compromiso”. La cohesión social, plasmada como tal en documentos oficiales del Ministerio del Interior (en qué otro país ocurriría algo así, se pregunta el autor), tiene otras facetas. Además de las tradicionales coaliciones de gobierno (de socialdemócratas y conservadores o de liberales, verdes y socialdemócratas), algo que parece anecdótico y, a primera vista, un inconveniente, como los limitados horarios de las tiendas, es la manifestación de un orden de prioridades más equilibrado, con la vida comunitaria como eje social.