sábado, 3 de febrero de 2024

Los hijos necesitan no sólo protección y comida, sino también modelos y educación

Se supone que somos buenos, si toleramos la mala conducta de los niños y jóvenes, pero lo cierto es que debemos enseñarles cuanto antes lo que no han aprendido y es mucho lo que deben aprender; desde vestirse y recoger sus juguetes, hasta conversar y saber esperar su turno. Claro que ni los padres ni el propio niño suelen ver esto como “aprendizaje”. Son cosas que simplemente se hacen. Si el niño tiene como modelo a padres ordenados o a los hermanos mayores disciplinados y los quiere y admira, intentará imitarlos por amor. El proceso de educación se hará sin que ni padres ni hijos lo vean como algo programado o enervante.
Los hijos necesitan no sólo protección y comida, sino también modelos y educación. Quizá podemos retomar el título de un libro reciente, Hijo, aquí estoy, para señalar la importancia de estar presente, constantemente presente, en la vida de los hijos, pero no como sirvientes ni banqueros, sino como un punto de referencia sobre cómo ha de vivirse la vida. Sobre todo, los hijos se fijan en la manera de conducir nuestras relaciones con los demás y en primer lugar dentro de la familia, escribe Inger Enkvist, pedagoga sueca y exasesora del Ministerio de Educación de Suecia.

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