jueves, 15 de febrero de 2024

El año de 1600 fue por entonces cuando comenzó la historia de la ópera

Giovanni Bardi (Florencia, 5 de febrero de 1534 - septiembre de 1612)

El año de 1600 fue por entonces cuando comenzó la historia de la ópera. Fue ésta el resultado, por lo menos así lo dicen los historiadores, de las reuniones de ciertos compositores y poetas en el palacio de un tal Conde Bardi, en Florencia. Hasta entonces la música seria había sido casi por entero coral y de naturaleza sumamente contrapuntística e intrincada. De hecho, la música había llegado a ser tan contrapuntística, tan compleja, que era casi imposible entender una palabra de lo que estaban diciendo los cantores.El propósito aparente de los hombres que se reunían en casa del Conde Bardi era la restauración del drama griego. Deseaban volver a crear lo que creían que había sucedido en el teatro griego. Por supuesto que lo que lograron fue una cosa completamente distinta; la creación de una forma nueva que estaba destinada a inflamar la imaginación de artistas y auditorios en las generaciones futuras. 
El primer gran compositor de óperas fue el italiano Claudio Monteverdi.La nueva forma artística, que tan felizmente había comenzado, se extendió gradualmente de Italia a otros países. Primero pasó de Venecia a Viena y de Viena a París, Londres y Hamburgo. Ésos fueron los grandes centros operísticos por los años de 1700. Para entonces la ópera ya había virado con respecto al prototipo monteverdiano. La letra se volvió menos importante cada vez, mientras se ponía todo el énfasis en el lado musical de la ópera. El gran compositor de óperas en el siglo XVII fue Alessandro Scarlatti, padre del clavecinista Domenico. El modelo de ópera que Scarlatti el viejo desarrolló lo enlazamos ahora con las óperas de Händel que habían de venir después. En este tipo de ópera el argumento importa poco, el drama es estático y la acción desdeñable. Todo el interés se centra en el cantante y la parte vocal, y la ópera se justifica solamente por su atractivo musical.

Christoph Willibald Gluck

Gluck trató de hacer más racional la ópera, de que ésta tuviese más sentido. En la vieja ópera, el cantante estaba por encima de todo y la música era la servidora del cantante; Christoph Willibald Gluck, desde 1756 caballero de Gluck (Erasbach, 2 de julio de 1714-Viena, 15 de noviembre de 1787) fue un compositor alemán que puso la idea dramática por encima de todo y escribió una música que era la servidora de las intenciones del texto literario. Cada acto había de ser una entidad en sí mismo, no una colección fantástica de arias más o menos impresionantes. Tendría equilibrio y contraste y una fluidez y continuidad que le darían coherencia en cuanto forma artística. Así, por ejemplo, el ballet no sería un mero divertimiento introducido como tal, sino una parte integrante de la idea dramática de la obra.

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