sábado, 11 de noviembre de 2023

Rodrigo Borgia

Rodrigo Borgia (1431-1503) 

El filósofo, político e historiador italiano Francesco Guicciardini (1483-1540) en su Historia de Italia admite que en Rodrigo Borgia se combinaban una rara prudencia y vigilancia, una reflexión madura, un maravilloso poder de persuasión, una habilidad y una capacidad de conducir los asuntos más complicados. Rodrigo Borgia era un hombre de altos pensamientos y, con una mediana formación, de elocuencia fácil y llena de fuerza, sagaz por naturaleza y, sobre todo, de una inteligencia asombrosa para el manejo de los negocios, según su contemporáneo Jacobo de Volterra. A lo que Segismundo de Conti, el secretario del pontífice Julio II que tuvo ocasión de conocerle bien, añadía que era un hombre en extremo hábil que reunía, junto a grandes dotes naturales, el estar muy versado en los negocios. Su temprana carrera, junto con la progresiva acumulación de influencias y puestos, le permitirían disponer de la posición y de las herramientas para ambicionar el cargo más elevado.

El cónclave eligió, en la tercera votación del 10 de agosto, por unanimidad, a Rodrigo Borgia. Necesitaban un candidato fuerte y con conocimiento de los asuntos de la Iglesia que, además, fuera independiente del resto de los estados y en estos aspectos, Rodrigo encajaba a la perfección. Cabe destacar que entre todos los cardenales, en administración y fuerzas él era el mejor. Fue coronado con la triple corona el domingo 16 de agosto por el primer cardenal diácono Francisco Piccolomini, adoptando el nombre de Alejandro VI no solo por Alejandro Magno, porque le era muy favorable debido a su carácter guerrero, sino también por la figura del papa Alejandro III, que obligó a Federico Barbarroja a respetar a la Iglesia de Roma.
En la noche del 10 al 11 de agosto de 1492 tuvo lugar la resolución, y en la madrugada del día siguiente se abrió la ventana del cónclave y se anunció que el vicecanciller Rodrigo Borgia había sido elegido papa como Alejandro VI. Se cumplía lo que había vaticinado Savonarola; la espada de la ira divina se había descargado sobre la tierra, y empezaban los castigos. Aunque la creencia generalizada era que obtuvo el papado a través de la simonía, no existe ninguna evidencia de que haya pagado a nadie un ducado para obtener su voto. El factor decisivo en su elección fue el apoyo que le brindaron el voto y la influencia del cardenal Ascanio Sforza. Y es casi igual de cierto que la acción de Sforza no fue fruto de la plata y del oro, sino del deseo de ser el principal consejero del futuro papa para consolidar la relación entre su familia y la casa pontificia.
Alejandro VI era un hombre alto y de robusta constitución; y a pesar del parpadeo de sus ojos, los tenía vivos; poseía un lenguaje por extremo apacible, y entendía perfectamente las cosas de hacienda. Al historiador Gregorovius no le quedó más remedio que afirmar que se manifestaron numerosas alabanzas al nuevo papa, que, a la verdad, no eran más que frases usuales de adulación; pero al propio tiempo dejan ver claramente que, en realidad, se tenía opinión de ser Rodrigo Borja persona de capacidad extraordinaria. Los gastos de la casa del papa eran mensualmente de setecientos ducados; con lo cual su mesa era de tal simplicidad que el resto de los cardenales, mal acostumbrados a las carencias, trataban de eludir sus invitaciones.



No hay comentarios:

Publicar un comentario