viernes, 28 de julio de 2023

No siempre hay una razón poderosa detrás de un gran acontecimiento histórico

Parece un error casi universal de los historiadores suponer que en política es tan verdadero como en física que a todo efecto corresponde una causa proporcionada. En la acción inanimada de la materia sobre la materia, el movimiento producido no puede sino ser equivalente a la fuerza que lo produjo; por el contrario, los procesos de la vida, sea esta privada o pública, no admiten tales leyes. Los caprichos de los agentes voluntarios se ríen del cálculo. No siempre hay una razón poderosa detrás de un gran acontecimiento. La obstinación y la flexibilidad, la maldad y la benevolencia, dan lugar alternativamente una a la otra; y la razón de estas vicisitudes, por importantes que puedan ser las consecuencias, escapa a menudo a la mente en la que se efectúa el cambio, escribe Samuel Johnson.

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