El filósofo Ramón Rodríguez, en su artículo “¿Justicia o privilegio?” (El Confidencial, 9 de febrero de 2014) escribe: “Se es sujeto de derechos precisamente como un cualquiera, como un “don Nadie”, por eso la justicia ha de ser ciega y por eso la ley es igual para todos. Pero el resultado inevitable al que tiende la política nacionalista de la identidad es a introducir diferencias en ese nivel básico de la ciudadanía, haciendo que la identidad actúe como un filtro de la condición ciudadana, que establece condiciones y aporta beneficios en virtud de la pertenencia a ella”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario