jueves, 17 de febrero de 2022

La subjetividad humana se convierte en juez de la verdad

En el ensayo “Privilege and Liberty”, de 1949, Aurel Kolnai rastrea la tendencia del humanitarismo ateo a caer en una insistencia “identitaria” o “colectivista” en la “unidad de mente” y “uniformidad de clase”. Sitúa esta tendencia en la “indeterminación” del concepto de “bien común”. Puesto que no hay “una entidad ni una ley por encima del hombre, no hay un bien definido y subsistente fuera del hombre para medir y dirigir su acción corporativa”; existe una tendencia inexorable a juzgar lo que es bueno u obligatorio según lo que es “autoevidente” para todos y para nadie. “La subjetividad humana” se convierte en juez de la verdad. Como resultado, la anarquía moral puede ser evitada solamente por “la efectiva igualdad y fusión de los pensamientos y voluntades humanas como tales”. La falsa unidad presentada por el totalitarismo secular reemplaza a la búsqueda para discernir una causa, medida y fin trascendente detrás del flujo de las cosas. La participación en “el orden de las cosas” es reemplazada por un culto colectivo a una subjetividad humana unitaria.


No hay comentarios:

Publicar un comentario