viernes, 29 de noviembre de 2019

Cuando los pueblos se debilitan

Francisco Silvela
Francisco Silvela escribió que la guerra nacional con los Estados Unidos no produjo cambio alguno en la actitud en los españoles: “… sólo se advierte una nube general de silenciosa tristeza que presta como un fondo gris al cuadro, pero sin alterar vidas, ni costumbres, ni diversiones, ni sumisión al que, sin saber por qué ni para qué, le toque ocupar el Gobierno. Es que el materialismo nos ha invadido, se dice; es que el egoísmo nos mata; que han pasado las ideas del deber de la gloria, del honor nacional; que se han amortiguado las pasiones guerreras, que nadie piensa más que en su personal beneficio. Profundo error; ese conjunto de pasiones buenas y malas constituyen el alma de los pueblos, vivirán lo que viva el hombre, porque son expresiones de su naturaleza esencial. Lo que hay es que cuando los pueblos se debilitan y mueren las pasiones, no es que se transforman y se modifican sus instintos, o sus ideas, o sus afecciones y maneras de sentir; es que se acaban por una causa más grave aún, por la extinción de la vida”.

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