Una de las tácticas de los servicios secretos y de inteligencia es, una vez ocurrido un suceso, difundir rápidamente versiones sobre contubernios, a fin de que la confusión sea tal que difícilmente se pueda atisbar la realidad, mucho más sencilla, y que se fundamenta en garrafales errores o manifiestas incapacidades. El poder siempre tendrá la tentación de manipular la opinión pública y sus métodos son diversos y cada vez más refinados. Por ejemplo, la filtración de noticias interesadas, que, a cambio del anonimato de la fuente y la dificultad de contrastar, facilitan datos interesada y sesgadamente. También están las especulaciones dirigidas, el rumor o el dar una información fuera de su contexto, con lo que altera absolutamente su valor y significado.
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