miércoles, 21 de junio de 2023

Mercado del capital

El mercado del capital se ofrece como un sistema que opera con una dinámica propia, que es controlado y manejado esencialmente por ordenadores, que está interconectado a nivel mundial y cuya única ley consiste en que el dinero invertido se convierta en más dinero. En este sentido, la intermediación a través de mercancías que se producen, se venden y se consumen parece ser algo de rango subordinado. Lo que importa sobre todo son cotizaciones en balances que, de manera misteriosa, transforman el menos en más y el más en menos. Para ello se ponen cifras en circulación, se hacen apuestas y se emprenden transacciones, lo cual les promete a los actores unas oportunidades fantásticas que, ciertamente, van asociadas con riesgos invisibles. Como es patente, aquí no solo se emplea el dinero que se ha ganado en otra parte con la producción y la venta de bienes y servicios, sino que, a través de ciertos instrumentos financieros con los que se producen y se venden deudas, se crea dinero literalmente de la nada. Y cuanto más dinero se crea, tanto mayor es la presión que proviene del dinero que no se emplea o de las reservas de superávit en las carteras de valores preparadas para la compensación de riesgos. Se las transforma de nuevo en deudas con las que sagaces actores del mercado financiero pueden hacer negocio por cuenta propia o ajena, de modo que la generación endógena de dinero no acaba nunca, escribe  el sociólogo alemán Heinz Bude.

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