martes, 17 de enero de 2023

El circuito de la ropa usada


La sociedad nunca había tenido una tal sobreabundancia vestimentaria. Junto con esa bulimia, los excesos de la moda rápida contribuyen a potenciar el fenómeno. En término medio, los grandes minoristas, como Zara y H&M, renuevan sus colecciones cada tres semanas. Cuando no se tira a la basura, la mayor parte de la ropa que ya no se usa es entregada a empresas a través de una red de contenedores. En pocos años, la recuperación y el comercio de segunda mano se han convertido en un lucrativo mercado internacional para los agentes del sector.Un ejemplo es Texaid, uno de los líderes mundiales de reciclaje textil en Europa. Hay otras empresas activas en el sector, como Tell-Tex o Cáritas.

                                                          

En lo que concierne a Texaid, la ropa es transportada y clasificada en filiales en Alemania, Bulgaria y Hungría. Las prendas demasiado dañadas para ser vendidas son convertidas en trapos o aislantes. El resto acaba incinerado en los países de triaje. Una vez superada esta etapa, gran parte se vende en el extranjero.El 50% de la colecta europea es exportada, principalmente a Asia y África. Entre los compradores está Kenia, uno de los mayores importadores de ropa de segunda mano de África, por donde pasan cada año 185.000 toneladas de ropa de segunda mano. Diversas ONG atribuyen a este comercio, que es un factor económico importante para el país, la responsabilidad de un desastre medioambiental. A pesar del triaje realizado previamente, muchas prendas están demasiado dañadas para ser revendidas en el circuito local, con lo que acaban arrojadas o quemadas en vertederos abiertos, especialmente en la capital, Nairobi.Entre el 30% y el 40% de la ropa importada en Kenia es invendible. Acaba en los vertederos o en la naturaleza, especialmente en el río Nairobi que atraviesa el mercado. Es tal la cantidad, que no es fácil ver el fondo.


Alex Musembi es el fundador de Africa Collects Textiles, una organización que lucha contra los residuos textiles. Para él, la culpa es de los países exportadores, que no prestan mucha atención a la calidad de los productos enviados. “No somos un basurero. Corresponde a los europeos encontrar una solución para reciclar mejor la ropa en sus propios países. También deberían pensar en una verdadera economía circular y consumir menos”, afirma.“Este es también un problema global. La moda rápida tiene que dejar de lado el afán de lucro y empezar a fabricar ropa con materiales sostenibles. Demasiada ropa se fabrica con microplásticos, que son desastrosos para el medio ambiente”. Africa Collects Textiles recicla los textiles invendibles para convertirlos en mochilas o artículos de decoración como fundas de cojines o alfombras. Pero la cantidad enviada sigue siendo demasiado grande para hacer frente con éxito a esta plaga.

Swissinfo


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