Preferir lo que es bueno a lo que es útil
Uno de los más influyentes economistas del siglo XX, John Maynard Keynes, seguía esperando que llegaría inevitablemente el día en que la sociedad se centraría en los fines (la felicidad y el bienestar, por ejemplo) antes que, como hasta ahora, en los medios (el crecimiento económico y la persecución individual del beneficio). Keynes escribió que “la avaricia es un vicio, la práctica de la usura es un delito, y el amor al dinero es detestable… Debemos una vez más valorar los fines por encima de los medios y preferir lo que es bueno a lo que es útil”. E insistió en que “no está lejos el día en que el problema económico estará en el asiento de atrás, donde debe ir, y el corazón y la cabeza volverán a ser ocupados y reocupados por nuestros problemas reales, los problemas de la vida y de las relaciones humanas, de la creación, del comportamiento y de la religión”.
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