lunes, 24 de noviembre de 2025

La vigilancia automatizada y asistida por la inteligencia artificial tiene todas las trazas de Némesis


Al rechazar masivamente el antiguo control social consistente en la inculcación de normas morales y en el descrédito que conllevaba su incumplimiento, al huir del control ejercido por la vecindad en las comunidades tradicionales, los adalides de la modernidad tardía han creído que era posible prescindir del control social. Pero una sociedad sin control social ya no es una sociedad, es el caos. Para protegerse del caos, hay que tomar cada vez más y más precauciones. Por ejemplo, los habitantes de las grandes ciudades se ven obligados a instalar códigos de acceso, interfonos y puertas blindadas. Cuanto más “abierta” se supone que es la sociedad, más tienen que encerrarse sus miembros. En este sentido, la vigilancia automatizada y asistida por la inteligencia artificial tiene todas las trazas de Némesis, la diosa griega que castigaba la hubris, el exceso de los seres que no respetaban los límites de su condición. El individuo que ha pretendido escapar a todo control ve cómo éste vuelve a él bajo otra forma, escribe Olivier Donatien Rey, matemático y filósofo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario