Lo mejor y lo peor de cada uno de nosotros se explica por la familia, aseguraba Freud. “El lugar donde nacen los niños y mueren las personas, donde el amor y la libertad florecen, no es en una oficina, ni en un comercio, ni en una fábrica. Ahí veo yo la importancia de la familia”, manifiesta Gilbert K. Chesterton. Kropotkin decía que “la defensa más común de la familia es que, en medio de tensiones y cambio de vida, resulta un sitio pacífico, cómodo y unido. Pero es posible otra defensa de la familia sabiendo que no es pacífica ni cómoda ni unida”. Chesterton aceptaba el desafío de convivir con personas dispares, que enseñan “a amar lo distinto y lo incómodo”. De ahí su grandeza incontestable. “Las primeras cosas deben ser las mismas fuentes de la vida, el amor, el nacimiento y la infancia; y estas son siempre fuentes resguardadas, que fluyen en los tranquilos patios del hogar”.Afirmaba Chesterton que “el hogar no es un lugar pequeño, sino el alma misma de las personas”. “Nosotros tenemos muchas más esperanzas en las familias humanas y en su poder de encontrar la felicidad que quienes desean prevenir los nacimientos; podemos estar equivocados, pero no podemos ser mórbidos”.Gilbert Chesterton defiende que “si la humanidad no se hubiera organizado en familias, no habría podido organizarse en naciones”.
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