La verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio
Sergio Vila-Sanjuán escribe en Una heredera de Barcelona: “Mi favorita es la de Cicerón, obra de Agapito Vallmitjana, que me hace pensar siempre en dos de sus frases. Cedant arma togae, “que se rindan las armas a la toga”, tan necesaria y tan poco escuchada aquellos días, y “la verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio”.
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