Las amenazas sociales son particularmente dañinas para el cerebro en desarrollo porque durante la mayor parte de nuestro tiempo evolutivo como humanos requerimos mucha cooperación y comunicación para llevarnos bien, para sobrevivir, para criar a nuestros hijos. Ser despreciado o excluido era algo físicamente peligroso porque significaba la posibilidad de quedar fuera de la tribu, por lo que era más probable que fueras víctima de los depredadores. El sistema inmunológico entraba en un estado frenético al estar expuesto. Entonces, nuestro sistema inmunológico desarrolló esa primera señal ante una amenaza socioemocional. Esa "cascada" de hormonas y sustancias químicas acelera el sistema inmunológico, de manera que causan daño en el cuerpo y en el cerebro a la primera señal de esos golpes sociales. ¿Y qué son las redes sociales? Una repetición de esos posibles golpes sociales ocurriendo todo el tiempo.Los algoritmos de las redes son creados para enganchar el cerebro con grandes sentimientos, para que sigas volviendo, para buscar la posibilidad de pertenecer. Pero eres atrapada una y otra vez por sentimientos de no pertenecer, de no importar, de rabia, desdén. Y a medida que las niñas pasan más tiempo en esas plataformas, esos grandes sentimientos que están teniendo… en el informe de los CDC: 57% de las chicas informan sentirse persistentemente tristes y desesperanzadas. En 2019 salió otro informe que mostró que aproximadamente un tercio de las chicas se sentían persistentemente desesperanzadas y tristes. Cuatro años después,ha aumentado enormemente, escribe Donna Jackson Nakazawa, una escritora especializada en neurociencia, inmunología y emoción.
Al entrar en la pubertad, manifiesta Donna, siempre ha habido una brecha por la que las chicas tienen más probabilidades de desarrollar depresión que los chicos. Eso ha sido así incluso antes de las redes sociales. Eso se debe en parte a que en la pubertad entran las hormonas y el estrógeno aumenta la respuesta al estrés de una manera que no lo hace la testosterona. Muchos estudios muestran que las mujeres desarrollan una respuesta mayor al estrés. Ellas tienen una mayor respuesta a las vacunas y son más propensas a desarrollar enfermedades autoinmunes que los hombres. Y parte de la razón reside en que la respuesta femenina al estrés en la pubertad se ve aumentada por el estrógeno, porque ¿adivina qué? Eso también tiene un efecto protector, para que un día puedan llevar en ellas otra vida humana.

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