¿Cómo sería un mundo sin dinero?
¿Cómo sería un mundo sin dinero? Muy complicado. Por ejemplo, imagina que quisieras comprar una pizza. Irías a la pizzería y pedirías una. Sin embargo, recuerda que no existe el dinero. ¿Cómo convencerías al pizzero para que te la diera? Él, como tú, necesita y quiere cosas. Así que, quizás, estaría dispuesto a intercambiar la pizza por algo que tuvieras o que pudieras hacer. Pero ¿qué sucedería si no tienes nada que el pizzero quiera? No podrías llevarte la pizza, lo que sería muy decepcionante, ¿no? Ahora, ponte en el lugar del pizzero. Necesita comprar harina, tomates y queso para hacer la pizza. Sin embargo, si no hubiera dinero, ¿cómo convencería al agricultor para que le proporcionase la harina, los tomates y el queso que necesita? Podría ofrecerle varias pizzas a cambio de los ingredientes, pero es probable que haya un límite a las pizzas que el agricultor quiere o puede comer, por deliciosas que estén. Por eso inventamos el dinero. Sí, lo inventamos. No cayó del cielo. No crece en los árboles. Sencillamente, hace miles de años, decidimos que otorgaríamos un valor concreto a trocitos de metal, y que intercambiaríamos esos trocitos de metal por las cosas que queremos. Ahora, el dinero puede ser de papel, de plástico y electrónico. Sin embargo, lo más importante del dinero es que es algo sobre cuyo valor todos nos hemos puesto de acuerdo, así que podemos cambiarlo por las cosas que queremos. El pizzero está encantado de aceptar dinero a cambio de la pizza, porque sabe que el agricultor lo aceptará a cambio de los ingredientes, y el agricultor sabe que podrá usar el dinero para comprar lo que quiera (como semillas y abono). El dinero es una de las cosas más asombrosas que hemos inventado, aunque nadie sabe el nombre del inventor.
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