Hay que aprender a ofrecer la intimidad a quien se ama. A mayor cercanía afectiva, más apertura de la intimidad. Resguardar lo íntimo a los extraños, curiosos, manoseadores y ladrones, a todo aquel que, sin el respeto que merece la persona, ofrece su intimidad a cualquiera (músculos, sensualidad descarada), tal vez porque en su pobreza o en su carencia de amor, quiere saltarse el trabajo precioso del mundo interior y llegar a la intimidad de modo urgente, pero superficial, amores de barro, escribe Iván López Casanova.
martes, 18 de noviembre de 2025
Amores de barro
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