sábado, 2 de agosto de 2025

La coalición Bildu

ETA anunció el “cese definitivo” del terrorismo. Lo hizo mediante una escueta declaración difundida el 20 de octubre de 2011. Cuando se publicó ese anuncio, ETA se ha cobrado la vida de 858 personas.En la declaración del 20 de octubre ETA anunciaba el cese definitivo del terrorismo, pero no decía nada acerca de su desaparición como grupo o del destino de su armamento.El paso del 20 de octubre era importante, incluso con las reservas que suscitaba la continuidad de ETA y el temor a que en algún momento pudiera haber una marcha atrás y una vuelta a las armas.
La coalición Bildu, formada por la antigua Batasuna, Eusko Alkartasuna y Alternatiba, recibió el visto bueno del Tribunal Constitucional para presentarse a las elecciones locales de 2011, en las que obtuvo un notable éxito. Batasuna encontró un medio para regresar a las instituciones, dejando tocada la política de ilegalizaciones que tan eficaz había sido a la hora de provocar un conflicto de intereses entre ETA y su brazo político. Ni ETA ni Batasuna están dispuestos a realizar una autocrítica de su historia que les lleve a reconocer su responsabilidad en el terrorismo y la ilegitimidad de sus crímenes. Su único plan es abrir una nueva transición en el País Vasco, que para ellos sería la de verdad, en la que se impusiera su modelo político, se garantizara la impunidad por los desmanes que han cometido y se repartieran las culpas entre todos. De esa forma, ETA y Batasuna no serían más culpables que los Gobiernos o los medios de comunicación por lo ocurrido.


viernes, 1 de agosto de 2025

El nombre de España es una de las poquísimas luces que brillaron en la oscura noche que vivió el pueblo judío

Max Mazin, un destacado miembro de la comunidad judía española, declaraba en 1973: “El hecho es que así fueron las cosas; en diferentes circunstancias, en lugares distantes, hombres del Gobierno o del pueblo tuvieron en común la determinación, el espíritu de solidaridad humana para ayudar en lo posible, y a veces hasta lo imposible, a soportar los dramáticos momentos por los que atravesaba el pueblo judío…” La nobleza nata que caracteriza al pueblo español le hizo reaccionar contra la criminal política racista de los nazis, incluso a aquéllos que en otros terrenos pudieran estar ideológicamente más próximos entonces a los hitlerianos. Por ello, es inútil plantearse el tema en términos matemáticos. Sé que España salvó las vidas de docenas de millares de hermanos nuestros por diversos procedimientos, y hubiera salvado muchas más de haber tenido la oportunidad de hacerlo. El nombre de España es una de las poquísimas luces que brillaron en la larga y oscura noche que vivió el pueblo judío durante los trágicos años del nazismo”. Federico Ysart, que ha estudiado monográficamente el problema, concluye: “Para cerca de cincuenta mil judíos, el camino hacia la libertad pasó por España… España fue así el país europeo que más judíos recibió durante la Segunda Guerra Mundial”.
Documentos de la Santa Sede demuestra la cooperación del Gobierno español con el Vaticano para la salvación de innumerables judíos. “El tránsito por España está permitido”, decía el 26 de octubre de 1940 el nuncio apostólico en Berlín, monseñor Orsenigo, al secretario de Estado, cardenal Maglione, al notificarle la concesión de visado español a tres mil judíos alemanes que deseaban embarcarse hacia el Brasil. En 1971, el señor Kibrik, de la Congregación Israelí Argentina, calificó como hecho fundamental en el entendimiento y amistad de los pueblos judío y español “la salvación de millares de judíos que huyeron de Hitler”.
El rabino Chaim Lipschitz, del seminario hebreo Torah Vodaath and Mesivta, en Brooklyn (publicado en la revista Newsweek, a mediados de febrero de 1970) manifiesta que “tengo pruebas de que el jefe del Estado español, Francisco Franco, salvó a más de sesenta mil judíos durante la Segunda Guerra Mundial, y mis investigaciones aún no están terminadas”.

La condición humana siente horror a todo lo impuesto

Una peculiaridad de la condición humana, que siente horror a todo lo que le es impuesto. Por ello “así como hay personas que, por agradable que sea un medicamento, lo toman de mala gana, solo porque es medicamento, así hay almas que tienen horror a lo que se les manda por el hecho mismo de ser mandado”, escribe Francisco de Sales. “En este sentido, continúa, se cuenta que un hombre había vivido a gusto en la gran ciudad de París sin salir de ella durante ochenta años y en cuanto el rey le ordenó permanecer allí para siempre, salía a diario a disfrutar del campo, cosa que antes nunca había echado de menos”. Es cierto que este humor caprichoso se remonta a los comienzos de la humanidad. “Eva, de cien mil frutos deliciosos, escogió el que se le había prohibido, y seguro que, si se le hubiera permitido probarlo, no se lo habría comido”. Gusto por la independencia, ciertamente, pero también debilidad de nuestra naturaleza, que se asusta a veces de las exigencias de los mandamientos, dice el obispo de Ginebra.