Dios no cancela a nadie

Robert Barron, filósofo estadounidense, hablando de la cultura de la cancelación dice que “los relatos de la resurrección del Señor revelan lo contrario de la cultura de la cancelación. A las mismas personas que lo habían negado, traicionado y abandonado, Jesucristo pronuncia la incomparablemente bella palabra shalom (paz, en hebreo). En cualquier narración convencional de una historia como esta, el personaje ofendido, que regresa del reino de los muertos, sin duda intentaría vengarse. Pero en la historia de los Evangelios, el hombre que había sido herido tan en profundidad como se pueda ofender a una persona, regresa con un amor que perdona. Si alguien en la historia de la humanidad ha merecido ser cancelado, es todo aquel que contribuyó a la muerte de Jesús. Pero en lugar de ello, se le concede el perdón. Lo cual implica que todo pecado se puede perdonar. Dios no cancela a nadie. Así que la cultura de la cancelación, que dice que todo está permitido pero que nada es perdonado, ha de ser contrarrestada por los cristianos. A la luz de la cruz, sabemos que muchas cosas no han de ser permitidas, pero a la luz de la resurrección, en principio todo puede ser perdonado”.
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