Guy Milliére, profesor de historia de la cultura y de filosofía del derecho en la Universidad de la Sorbona señala que“económicamente hablando, Francia está en decadencia a marchas forzadas. La mayoría de los jóvenes son musulmanes, no están integrados en la sociedad francesa y son casi analfabetos. Milliére predice que los musulmanes son en su mayoría jóvenes, y los franceses no musulmanes serán en su mayoría ancianos. A juicio de este profesor de la Sorbona en veinte años los musulmanes serán mayoría en Francia. “Francia se convertirá en un país musulmán. Los dirigentes franceses lo saben. Nunca tomarán una decisión que pueda enojar a los jóvenes musulmanes radicales. Es una de las razones por la que no pudieron respaldar a Estados Unidos durante la guerra de Irak. La consecuencia habría sido un estallido de revueltas en los suburbios, y la policía francesa no está bien equipada para hacer frente a esas revueltas. Los dirigentes franceses no tienen más opción que la de ser los dirigentes del mundo árabe-musulmán. Han aceptado demasiadas cosas como para poder dar marcha atrás ahora. La brecha entre Estados Unidos y Francia se hará cada vez más grande. Francia es ya el enemigo principal de la civilización. El enemigo más peligroso es siempre el de dentro, y Francia es el enemigo de dentro”.
Hasta no hace mucho tiempo, las autoridades europeas daban por hecho que los hijos de los inmigrantes se casarían con autóctonos. De los 98 hijos e hijas casados de los 145 inmigrantes con los que se inició el estudio Vesselbo, 89 cónyuges vinieron importados desde Turquía, siete se casaron con turcos que ya residían en Dinamarca y uno se casó con una turca que vivía en Suecia. Tan sólo uno se caso con una danesa cuyo origen no era turco. Hubo diez segundos matrimonios, todos con turcos. En la tercera generación ya había habido sesenta y dos matrimonios, de los cuales solo dos no habían sido con turcos que luego se instalaban en Dinamarca acogiéndose a la ley de reunificación familiar. La saga generacional de inmigrantes turcos en Dinamarca representa exactamente lo contrario de una política de integración de éxito. Si persistía esos índices, los daneses de origen danés serán minoría en los próximos sesenta años.
Referencia: Mientras Europa duerme de Bruce Bawer
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