En el activo del balance de un banco lo que hay son promesas de pago. En realidad, ahí no hay nada. Hay la promesa de que un país se va a hacer cargo de su deuda y que los prestatarios se van a hacer cargo de sus créditos y que todo va a ir bien. Pero esto es algo que se basa en la confianza. A un nivel más particular, tienes la absoluta certeza de que cuando vayas a la tienda de la esquina con un billete de veinte euros, nadie va a cuestionar que ese billete vale veinte euros. Hemos llegado a un punto en el que todos queremos creernos que el sistema funciona bien a pesar de que lo hemos inflado hasta unos niveles absolutamente desmesurados, afirma Santiago Niño Becerra, catedrático de Estructura Económica por la Universidad Ramón Llull.
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