sábado, 23 de marzo de 2024

Se inventan historias todo el tiempo, ya no existe la verdad

Anthony C. Grayling señala que “desde la filosofía, las raíces de la posverdad se encuentran en el posmodernismo y el relativismo. Todo es relativo. Se inventan historias todo el tiempo, ya no existe la verdad”. Se puede ver cómo esto derivó directamente en la posverdad. Esto ha abierto la puerta sin querer a un tipo de política que no se crea problemas con la evidencia. Si el periodismo trabaja con construcciones de acontecimientos y no con verdades, la posverdad pone el foco en debilitar los datos y las evidencias. Por su parte, el filósofo Darío Sztajnszrajber sostiene que la posverdad opera en un escenario donde “aunque la verdad no exista se generan consensos muy direccionados desde ciertos estratos de poder para establecer que determinadas ideas pasan como si fuesen verdaderas. Todo el mundo sabe que está todo armado, pero todo el mundo necesita y quiere creer en eso igualmente”. La posverdad no solamente es mentira, sino que se construye con fake news de las que no importa su falsedad porque operan como reafirmación de aquello que las audiencias previamente han incorporado como verdadero. De forma puntual, operan más en el plano emocional que en el racional, tiene sustento más en los sentimientos construidos previamente que en los hechos contrastables, manifiesta Leonardo Murolo.

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