martes, 12 de marzo de 2024

La sistemática recuperación de los rencores, que no de la memoria

PSOE de Granada homenajea a las víctimas de la represión y la dictadura en el Barranco del Carrizal (Órgiva). Al final, según el forense,los restos eran de cabras y perros.

A finales del verano de 2003: hallazgo en un barranco de Órgiva, Granada, de un osario durante la construcción de unas obras del ministerio de Fomento. De inmediato empezó a hablarse una enorme fosa común perfectamente documentada, de fusilamientos masivos, de exterminio de compatriotas por motivos ideológicos. Un catedrático de Economía de la universidad de Granada caracterizó el barranco como lugar de crímenes y muertes, por donde había corrido un río de sangre. Supuestos testigos recordaban la llegada de camiones cargados de hombres, mujeres y niños, a quienes bajaban, mataban a tiros y hacían caer rodando a la zanja, echándoles luego cal viva, y así un día y otro. El catedrático calculó en 5.000 las víctimas, si bien la Asociación de la Memoria, algo menos sanguinaria, las rebajaba a la mitad. El ayuntamiento resolvió homenajear a las víctimas y erigir un gran monolito recordatorio en medio de un parque a crear exprofeso. Aquello venía a ser el Paracuellos de la izquierda, después de años de excavar y lanzar insinuaciones, pero sin encontrar más que algunos restos dispersos, de origen no siempre claro.
El 2 de septiembre El País informaba, no a toda plana, sino en el lugar menos visible de una página muy interior que “los restos óseos hallados el pasado sábado son, según los forenses, de origen animal”. De cabras y perros, en concreto.Un hecho muy desgraciado de los últimos años ha sido precisamente la sistemática recuperación de los rencores, que no de la memoria, por los partidos de la izquierda y separatistas.

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