Jaime Balmes |
Ay del mundo, el día en que pudiera decirse sin rebozo que mi virtud es mi utilidad, mi honor es mi utilidad; todo es bueno o malo,según me proporcione una sensación grata o ingrata. Ay del mundo, el día en que la conciencia pública no rechace con indignación tan imprudente lenguaje.(El protestantismo comparado con el catolicismo de Jaime Balmes y Urpiá).
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