Mestrio Plutarco |
Cuenta Mestrio Plutarco que “a César, cuando mandó levantar de nuevo las estatuas de Pompeyo, que habían sido echadas abajo, Cicerón le dijo: “Restauraste las estatuas de Pompeyo, y las tuyas las consolidaste”. De aquí que no se deba descuidar la alabanza ni la honra de un enemigo, cuando éste es celebrado justamente. Pues el que alaba se procura las mayores alabanzas e inspira confianza en otras ocasiones cuando acusa, pues no lo hace porque odie al hombre, sino porque rechaza su acción.”
“Pero si parece que los enemigos, halagando o siendo malvados o corrompiendo o trabajando a sueldo, consiguen de manera vergonzosa y grosera poderes en los palacios o en los Estados, esto no nos molestará, sino, más bien, nos alegrará si le oponemos nuestra propia libertad y nuestra limpia e irreprochable forma de vida, pues “todo el oro que hay sobre la tierra y bajo la tierra no se puede comparar con la virtud”, según Platón, y conviene tener siempre presente el dicho de Solón:Pero nosotros no cambiaremos con ellos la virtud, por la riqueza”
Referencia:Cómo sacar provecho de los enemigos de Mestrio Plutarco.
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