Escribe Francisco Fernández Carvajal, licenciado en Historia por la Universidad de Navarra y doctor en Derecho Canónico por el Angelicum de Roma que “el trabajador negligente o desinteresado, en cualquier puesto que ocupe en la sociedad, ofende en primer lugar la propia dignidad de su persona y la de aquellos a quienes se destinan los frutos de esa tarea mal realizada. Ofende a la sociedad en la que vive, pues de algún modo repercute en ella todo el mal y todo el bien de los individuos”.
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