El problema de la separación de poderes en una democracia no solamente estriba en la influencia que el poder ejecutivo puede ejercer sobre el judicial, como suele comentarse actualmente en España con no poca preocupación. También es importante analizar lo que pasa entre las grandes empresas y los ministerios, ya que unas y otros conviven en un entramado relacional en el que las líneas de separación nunca quedan del todo claras. Con una notable cantidad de sectores regulados, un proceso de privatización de empresas públicas culminado y un mecanismo de concesión de grandes obras públicas que supone enormes oportunidades para las empresas privadas, las instituciones más influyentes de la sociedad intercambian continuamente personal más o menos cualificado como forma de optimizar determinadas operaciones, de premiar comportamientos o de aprovechar los contactos de quienes acumulan una dilatada experiencia profesional en un ámbito o en el otro. Buena parte de estas empresas se encuentran situadas en Madrid y ejercen efectivos trabajos de lobby en restaurantes, clubes y urbanizaciones de lujo, además de en el famoso palco del Bernabéu. Como demuestran los casos de corrupción ya juzgados y otros en camino de serlo, el dinero encuentra diversidad de canales.
¿Qué tiene de malo aprovechar la experiencia profesional para ganar un poco de dinero? Pedro Solbes ha completado su pensión, pública y privada, con los puestos de consejero y asesor en entidades como Enel-Endesa, Barclays España o el Consejo Asesor de CaixaBank. Elena Salgado también participó en Endesa-Chilectra y en un sinfín de entidades privadas, y estuvo a punto de presidir el Grupo Prisa.De las puertas giratorias es un debate complejo, pero, en cualquier caso, es un comportamiento que no causa precisamente admiración entre los ciudadanos, dado el potencial contacto que estos nuevos intermediarios político-empresariales mantienen con la Administración que rigieron en el pasado. La sospecha de que estos expolíticos, y ahora bien remunerados consejeros de empresas privadas, pueden llegar a presionar a las instituciones públicas a favor de sus negocios o de sus clientes es algo que les acompaña durante toda su carrera, escribe Andrés Villena en su libro Las redes de poder en España.
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