domingo, 6 de noviembre de 2016

Propaganda anticristiana.

La obra maestra de la propaganda anticristiana es haber logrado crear en los cristianos, sobre todo en los católicos, una mala conciencia, infundiéndoles la inquietud, cuando no la vergüenza, por su propia historia. A fuerza de insistir, desde la Reforma hasta nuestros días, han conseguido convencer de que la Iglesia Católica es la responsable de todos o casi todos los males del mundo. A los cristianos les han paralizado en la autocrítica masoquista para neutralizar la crítica de lo que ha ocupado su lugar.

Moulin manifiesta que los católicos han permitido que todos les pasaran cuentas, a menudo falseadas, casi sin discutir. No ha habido problema, error
o sufrimiento histórico que no se les haya imputado. Los católicos, casi siempre ignorantes de su pasado, han acabado por creerlo, hasta el punto de respaldarlos. 

“En cambio, yo (agnóstico, pero también un historiador que trata de ser objetivo) os digo, dice Moulin, que debéis reaccionar en nombre de la verdad. De hecho, a menudo no es cierto. Pero si en algún caso lo es, también es cierto que, tras un balance de veinte siglos de cristianismo, las luces prevalecen ampliamente sobre las tinieblas. Luego, ¿por qué no pedís cuentas a quienes os las piden a vosotros? ¿Acaso han sido mejores los resultados de lo que ha venido después? ¿Desde qué púlpitos escucháis, contritos, ciertos sermones?”.”¡Aquella vergonzosa mentira de los siglos oscuros, por estar inspirados en la fe del Evangelio! ¿Por qué, entonces, todo lo que nos queda de aquellos tiempos es de una belleza y sabiduría tan fascinantes? También en la historia sirve la ley de causa y efecto…”, termina  manifestando el profesor refiriéndose a la Edad Media.



Si recibo un golpe en la mejilla derecha, la perfección evangélica me propone ofrecer la izquierda. Pero si se atenta contra la verdad, la misma perfección evangélica me obliga a consagrarme para restablecerla; porque allá donde se extingue el respeto a la verdad, empieza a cerrarse para el hombre cualquier camino de salvación, comenta el periodista Vittorio Messori.

los católicos han permitido que todos les pasaran cuentas, a menudo falseadas, casi sin discutir

A los cristianos les han paralizado en la autocrítica masoquista para neutralizar la crítica de lo que ha ocupado su lugar

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