Ideología del éxito. |
Hoy aparecen, por un lado, los poderes del mercado, del tráfico de armas, de drogas y de personas, que son un lastre para el mundo y arrastran a la humanidad hacia ataduras de las que no nos podemos librar. Por otro lado, también se presenta hoy la ideología del éxito, del bienestar, que nos dice que Dios es tan sólo una ficción, sólo nos hace perder tiempo y nos quita el placer de vivir.Estas tentaciones parecen irresistibles.
Ante esta situación Joseph Ratzinger escribe que el Padrenuestro nos quieren decir: "cuando hayas perdido a Dios, te habrás perdido a ti mismo; entonces serás tan sólo un producto casual de la evolución, entonces habrá triunfado realmente el “dragón”. Pero mientras éste no te pueda arrancar a Dios, a pesar de todas las desventuras que te amenazan, permanecerás aún íntimamente sano".
Heinrich Schlier |
Heinrich Schlier explica del siguiente modo esta representación de la lucha del cristiano que hoy nos puede resultar extraña: “Los enemigos no son éste o aquél, tampoco yo mismo, nadie de carne y hueso. El conflicto va más al fondo. Se dirige contra un sinnúmero de enemigos que atacan incansablemente, enemigos no bien definidos que no tienen verdaderos nombres, sino sólo denominaciones colectivas; también son a priori superiores al hombre, y esto por su posición superior, por su posición “en los cielos” de la existencia; superiores también porque su posición es impenetrable e inatacable. Su posición constituye precisamente la “atmósfera” de la existencia, una atmósfera que ellos mismos difunden a su alrededor, estando todos ellos, en fin, repletos de una maldad sustancial y mortal”.
A esta manifestación de Heinrich Schlier, Joseph Ratzinger
añade que “la fe, en la comunión con el único verdadero Señor del mundo,da las “armas de Dios”, con las que,en comunión con todo el cuerpo de Cristo,puede enfrentarse a esos poderes, sabiendo que el Señor nos vuelve a dar en la fe el aire limpio para respirar, el aliento del Creador, el aliento del Espíritu Santo, solamente en el cual el mundo puede ser sanado".
Joseph Ratzinger |
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