viernes, 18 de noviembre de 2016

A Hillary Clinton.


Pasado algunos días desde el triunfo de Donald Trump, la lección que debería aprender Hillary Clinton es que no hay que subestimar jamás el potencial de un adversario. Al adversario no hay que valorarlo por lo que parece, sino por lo que pueda hacer. 

Clinton debería haber permanecido en todo momento alerta y no haberse confiado, aunque percibiera una aparente debilidad en su oponente y considerara que Trump se encontraba al borde de la derrota.Las tumbas están llenas de tipos demasiado confiados.

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