miércoles, 30 de noviembre de 2016

Salario familiar.

En Quadragesimo Anno, Pío XI definió claramente el “salario familiar” como una exigencia de la justicia conmutativa; es decir, de aquella justicia que en caso de no cumplirse exige moralmente una devolución en la misma cantidad no pagada. La mayor parte de moralistas de la época consideraban un tema grave de conciencia el hecho de no pagar el salario familiar. Este concepto ya lo había citado Pío XI el año 1930 en plena crisis económica en la encíclica sobre la familia. El sueldo del trabajador debería bastar para sostener a toda su familia. “Ante todo, al trabajador hay que fijarle una remuneración que alcance a cubrir el sustento suyo y el de su familia”. La palabra sustento familiar se refiere a las necesidades domésticas ordinarias.

Salario familiar.
Otro matiz importante para determinar el salario familiar es la situación de la empresa. Habrá que tener en cuenta la buena marcha de ésta, la dedicación de sus directivos y resulta evidente que el sueldo familiar tiene que ser más importante que los beneficios a repartir.

En España las diferencias salariales entre directivos y trabajadores son de las más elevadas de Europa, y tienden a ser cada vez más abismales, ya que han entrado con fuerza los llamados ”salarios basura”, muchos de los cuales no sólo van en contra de la justicia sino que los podemos considerar un auténtico robo.

Hay un salario base, que responde al derecho de los trabajadores a una vida digna capaz de hacer frente a las necesidades esenciales de toda persona humana. Este salario base responde a la justicia, y por tanto debe entrar en las previsiones económicas de cualquier empresa como una realidad objetiva. No es justo contratar a un trabajador si se sabe que no se le podrá pagar según justicia. En el presupuesto de las empresas los salarios base pertenecen a los gastos intocables.La legalidad de un salario no es el mismo que la recta moralidad de éste. No por ser legal ya es justo. La medida de la justicia no es sólo la legalidad, sino que el salario cumple la función de la dignificación de la vida personal y familiar.

Salarios.
A causa de la crisis financiera, se han recortado tanto los salarios como los derechos que van unidos a éstos, y la realidad del mundo del trabajo y en general de una parte cada vez más amplia de la clase media, sobre todo de la que se encuentra en el paro, es de una progresiva precariedad que nos hace volver a épocas de mayor explotación que ya parecían superadas. Da la impresión de que se quiere ir desmontando la sociedad del bienestar que costó muchos años construir. Veremos cómo termina toda esta situación; pero desde el punto de vista ético y moral toda defraudación salarial o de los derechos fundamentales que van unidos a él, y que no es por situación excepcional, no sólo no se tiene que tolerar, sino que es un robo, un robo que pide resarcir de algún modo aquello que se ha quitado. Estamos ante un tema de conciencia, ya que no se puede jugar con la vida y el bienestar de las personas para buscar lucrarse.

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