jueves, 3 de noviembre de 2016

Mahatma Gandhi y el mundo occidental.

Después de licenciarse en Leyes en Inglaterra, el joven Gandhi se movió largo tiempo por Londres con sombrero bombín y paraguas, tal y como muestran algunas fotografías; y su asimilación no era sólo una cuestión de indumentaria. Él no vino a Europa a traernos los valores religiosos de su tradición india; por el contrario, volvió a descubrir la suya bajo el impacto del encuentro con el cristianismo. Lo que más fascinación produce en él es el resultado de la adaptación de la visión oriental a categorías que únicamente pertenecen al Evangelio. El hinduismo había creado un sistema infernal de castas de las cuales expulsaba a los llamados, precisamente, sin casta: los parias o intocables. 

Gandhi estudiaba Derecho en la University College de Londres
Sobre un total de cuatrocientos millones de indios, casi cien
parias.
millones se encontraban en una situación infrahumana, en virtud de la cual no podían ni siquiera entrar en los templos, viajar en los trenes, comer en los restaurantes, sacar agua de los pozos públicos, enviar a sus hijos a la escuela, enterrar a los muertos en los cementerios de los “otros”. Los parias, a su vez, se subdividían en tres grupos con nombres significativos: los malditos, los excomulgados y los rechazados. Gandhi definió este sistema milenario como un “delito monstruoso contra la humanidad” y luchó por su abolición. En efecto, fue abolido pero sólo sobre el papel. Más aún, la introducción de una especie de régimen democrático se reveló, con el habitual efecto contrario, como un refuerzo en lugar de un debilitamiento del sistema de castas, ya que cada una de ellas se transformó en una agrupación política enfrentada, a menudo de manera sangrienta, a las demás.

La gran religiosidad del Mahatma sí es oriental pero sólo en lo que no choca con la sensibilidad occidental, impregnándose, a su pesar, de dos milenios de predicación evangélica. Así, al final el Evangelio actuó para él como piedra de toque. Gandhi no acabó asesinado a manos de los colonialistas ingleses. Fue un devoto hindú, que lo acusaba de modernismo y occidentalismo y de haber contaminado las Sagradas Escrituras de la tradición autóctona con la Biblia, quien descargó una pistola sobre él.

Ghandi en Roma.
En 1931, Gandhi fue a Roma para encontrarse con Mussolini, hacia quien expresó su simpatía y estima, consideración que le fue devuelta por el dictador que, por otro lado, financió el movimiento de Gandhi por motivos antibritánicos.

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