martes, 8 de noviembre de 2016

Ambición.

¿Es malo moralmente ser ambicioso y esforzarse por lograr el éxito personal?

A esta pregunta C. S. Lewis contesta: “¿Cómo influiría la aplicación del cristianismo en alguien que se hallara en una isla desierta? ¿Sería menos probable que construyera una cabaña cómoda? La respuesta es no. Podría llegar un momento, sin duda, en que el cristianismo le dijera que se preocupara menos de la cabaña, o sea, si corriera el peligro de llegar a pensar que la cabaña era lo más importante del universo. Pero no hay la menor evidencia de que el cristianismo le impidiera construirla. Ambición.Hemos de tener cuidado con lo que queremos decir con esa palabra. Si significa adelantarse a los demás,que es lo que yo creo que significa, es mala. Si significa exclusivamente deseo de hacer bien las cosas, entonces es buena. No es malo que un actor quiera representar su papel tan bien como sea posible, pero el deseo de que su nombre aparezca en letras mayores que el de los demás actores sí lo es.
Ambiciones
Lo que llamamos ambición significa generalmente el deseo de ser más conspicuos o tener más éxito que los demás. Lo malo ahí es el elemento competitivo. Es totalmente razonable querer bailar bien o tener aspecto agradable. Pero es moralmente malo cuando el deseo dominante es bailar mejor que los otros o tener mejor aspecto que ellos,cuando comenzamos a sentir que si los demás bailaran tan bien como nosotros o tuvieran un aspecto tan bueno como el nuestro, se acabaría la alegría que nos produce bailar bien y tener un buen aspecto. 

No es malo que un actor quiera representar su papel tan bien como sea posible, pero el deseo de que su nombre aparezca en letras mayores que el de los demás actores sí lo es.

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