jueves, 18 de diciembre de 2025

La paz del corazón tiene un precio


El filósofo Miguel-Ángel Martí afirma que la paz del corazón “tiene un precio y quien la desee tendrá que estar dispuesto a pagarlo”. La calma exige “una clara determinación” que pasa primero por conocer las trampas mentales que nos ponemos a nosotros mismos cuando nos pasa algo con lo que no contábamos. La serenidad no es la mera ausencia de conflictos, sino la comprensión de lo que nos sucede para luego conducirnos por la vida con compasión por el otro y por uno mismo.
Serenidad. Esta es, sin duda, una palabra que al nombrarla evoca paz, dulzura, tranquilidad, sosiego, calma, felicidad...La filosofía de vida actualmente parece mirar a otro lado, solo de soslayo añora la calma como forma de estar en la existencia. Pero no es suficiente para alcanzar la serenidad un desmayado deseo, requiere una clara determinación que troquele de una manera definitiva nuestro espíritu y, por tanto, el modo de comportarnos...
Vivimos hacia fuera cuando sabemos que sin tener el "corazón caliente", reconfortado, abrigado por nuestros propios pensamientos, de nada sirve situarnos en la vanguardia de la diversión...No está sereno quien no tiene nada que le moleste, sino quien entiende, por amor, lo que le sucede.


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