miércoles, 10 de diciembre de 2025

Arabia Saudita, fuente de financiamiento para grupos terroristas sunitas

Al Qaeda es más una idea que una organización. A partir de 1996, durante un período de cinco años tuvo cuadros, recursos y campos en Afganistán, pero estos fueron eliminados después del derrocamiento de los talibanes en 2001. El nombre de Al Qaeda primordialmente ha sido un grito de batalla, una serie de creencias islámicas que se centran en la creación de un Estado islámico, la imposición de la ley sharia, un regreso a las costumbres islámicas, el sometimiento de la mujer, y el hacer la guerra santa en contra de otros musulmanes, particularmente los chiitas, considerados herejes dignos de morir. En el centro de esta doctrina de hacer la guerra se encuentra un énfasis en el autosacrificio y la inmolación como símbolos de fe y compromiso religioso. El resultado ha sido el uso de creyentes no entrenados, pero fanáticos, como hombres-bomba, con un efecto devastador. Alarmante resulta la realidad de un movimiento cuyos simpatizantes se reclutan a sí mismos y pueden brotar en cualquier parte.
El asesinato de Bin Laden en Abbottabad (Paquistán, en 2011), permitió al presidente Obama fanfarronear frente al público estadounidense como el hombre que había presidido la cacería del líder de Al Qaeda. Sin embargo, en términos prácticos, su muerte tuvo poco impacto en los grupos yihadistas tipo Al Qaeda, cuya mayor expansión ocurrió posteriormente.


Casi todos los elementos significativos del proyecto de estrellar aviones en las Torres Gemelas y otros edificios estadounidenses icónicos conducen a Arabia Saudita. Bin Laden era miembro de la élite saudita y su padre había sido un socio cercano de la monarquía saudita. Citando un informe de la CIA de 2002, el informe oficial del 11/9 dice que el financiamiento de Al Qaeda dependía de “una serie de donadores y recaudadores de fondos, primordialmente de los países del Golfo y, en especial, de Arabia Saudita”. A los investigadores del informe se les limitó repetidamente el acceso o se les negó cuando buscaron información en Arabia Saudita. Sin embargo, el presidente George W. Bush al parecer nunca consideró responsabilizar a los saudíes de lo ocurrido. En 2009, ocho años después del 11/9, un comunicado procedente de la secretaria de Estado, Hillary Clinton, revelado por WikiLeaks, expresaba quejas relacionadas con que los donadores en Arabia Saudita constituían la fuente más significativa de financiamiento para grupos terroristas sunitas en todo el mundo. Paquistán, o más bien la inteligencia militar paquistaní en la forma de los Interservicios de Inteligencia (ISI), fue el otro progenitor de Al Qaeda, de los talibanes y los movimientos yihadistas en general.

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