domingo, 7 de diciembre de 2025

Las condiciones de vida han empeorado y eso explica el populismo


El estatus social, como las condiciones de vida de amplias capas de la población, han empeorado y eso explica el autoritarismo posdemocrático, también llamado populismo. También explica la victoria de Donald Trump en 2016, ya que “las cosas habían ido mal para demasiadas personas durante demasiado tiempo como para que esa confianza fuera creíble. A falta de confianza en una revolución progresista, había llegado la política de la nostalgia reaccionaria”, escribe Martin Wolf, editor jefe de Economía del Financial Times. Además de la desigualdad, de la falta de oportunidades económicas para muchos, otra causa del malestar actual es lo que Wolf llama el “capitalismo rentista”. Es decir, el hecho de que “una proporción relativamente pequeña de la población ha logrado captar rentas de la economía y utiliza los recursos que ha adquirido para controlar los sistemas políticos e incluso jurídicos, sobre todo en Estados Unidos, el abanderado más importante de la democracia en el mundo”. Un pequeño número de ganadores que ostentan fuertes posiciones de monopolio parecen capaces de moldear tanto el presente como el futuro. El resultado, según Wolf, es que “los mercados estadounidenses se han vuelto menos competitivos; la concentración es alta en muchas industrias, los líderes están atrincherados y sus tasas de beneficios son excesivas. Esta falta de competencia ha perjudicado a los consumidores y trabajadores estadounidenses: ha provocado precios más altos, una menor inversión y un menor crecimiento de la productividad”.


Se necesitan liderazgos políticos que lleven a nuestras sociedades a un término medio entre el statu quo y la agitación revolucionaria, es decir, la reforma. Y hay precedentes brillantes en los que apoyarse para hacer este cambio social como Winston Churchill, Franklin Delano Roosevelt o William Beveridge (autor del informe que dio origen al Estado del bienestar). El objetivo, para Wolf, es “una reforma cuidadosa e inteligente destinada a mejorar de manera sustancial la vida de la mayoría de la gente”.
La mayor parte de la culpa del debilitamiento del sistema democrático está relacionada con los malos resultados económicos. Si queremos convertir la esperanza en realidad, debemos reconocer el peligro y combatirlo ahora. Si fracasamos la luz de la libertad política y personal podría volver a desaparecer del mundo”.

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