¿Superar al hombre? Sería traicionarlo o perderlo. Todo ser tiende a perseverar en su ser, decía Spinoza, y el ser de un hombre no se destruye menos si se convierte en ángel que si se convierte en caballo… ¡Eugenesia y barbarie son la misma lucha! Curar a un individuo, sí, y nunca lo haremos demasiado. Pero modificar la especie humana, no. Sé perfectamente que, tratándose de terapias genéticas, la frontera entre ambas cosas es tenue o problemática. Razón de más para reflexionar sobre el tema, y para mostrarnos vigilantes. El hombre no es Dios, sólo podrá ser plenamente humano si acepta no ser ni su causa ni su ruina, escribe el filósofo André Comte-Sponville.
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