El peso mexicano es actualmente la moneda más líquida de Latinoamérica porque se compra y se vende más que el resto de las divisas de la región,según los datos del Banco de Pagos Internacionales. El organismo señala que el volumen de las transacciones con pesos mexicanos a nivel global aumentó 3% en los últimos tres años y que la divisa ocupa el lugar 16 en la lista de monedas más negociadas del planeta. En México la moneda puede subir y bajar libremente (lo que se conoce como un régimen de libre flotación) y prácticamente no hay intervenciones por parte de la autoridad monetaria;el peso mexicano se puede transar las 24 horas del día y "a los inversores les da seguridad la estabilidad macroeconomica del país y la reputación del Banco de México que es autónomo del gobierno", dice Siller. La diferencia entre la tasa de interés de México (actualmente en 11,25%) y la de Estados Unidos (5,25%) son seis puntos porcentuales que atraen a los inversores para conseguir una mayor rentabilidad en el mercado mexicano.
"Viene una desaceleración económica en Estados Unidos", señala Carlos Alberto González, director de Análisis Económico, Cambiario y Bursátil del grupo financiero Monex. Si disminuye el crecimiento en la primera economía del mundo, esa contracción afecta directamente a México y "puede generar una cierta depreciación del peso mexicano", agrega, probablemente a partir del segundo semestre de este año. "No sería una depreciación significativa, pero ya no seguirá subiendo". Otros expertos como Siller manifiestan que si se mantienen las condiciones actuales "el peso aún tiene espacio de apreciación", pero todo depende de cómo sea el frenazo económico estadounidense. Si la desaceleración es más profunda de lo esperada, entonces podrían llegar menos dólares a México. Y al haber menos dólares en el mercado, sube su precio.
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