La llegada de italianos a Argentina fue masiva, sobre todo entre 1880 y 1930, siendo el país latinoamericano que recibió más inmigrantes italianos y el segundo de América después de Estados Unidos. Según estimaciones, aproximadamente el 62 % de la población de Argentina es de origen italiano. Actualmente es la emigración de ciudadanos argentinos a Europa, motivados por la posibilidad de conseguir una ciudadanía que les permita dar la espalda a las recurrentes crisis económicas y políticas de la Argentina. Muchos descendientes de italianos solicitan a diario el reconocimiento de la cittadinanza transmitida por sus ancestros. Los consulados italianos están saturados y llegar a conseguir un turno se convierte en una odisea que puede durar varios años. Ante esto, hay quienes deciden viajar para realizar el trámite directamente en Italia, para luego establecerse allí o en otro país de la UE. Pero no todos los que gestionan el reconocimiento de la ciudadanía por derecho de sangre piensan emigrar. Algunos la consideran una herencia para sus hijos.“No la quiero para mí porque yo tengo mi carrera en la empresa, sino por el mundo que les va a tocar a mis hijas…Tener un pasaporte de la Unión Europea es algo más para poner en la mochila”, expresaba una entrevistada de 38 años para un estudio realizado por el CEMLA (Centro de Estudios Migratorios Latinoamericanos) con sede en Buenos Aires.
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