Pedro Sánchez, junto al alcalde de Milán, Giuseppe Sala |
Un artículo de Eco concluye así: “¿Qué debe hacer el intelectual si el alcalde de Milán se niega a acoger a cuatro albaneses? Será perder el tiempo recordarle algunos inmortales principios, porque si no los tiene ya asumidos, a su edad no cambiará de idea leyendo un manifiesto. El intelectual serio, llegados a este punto, debería dedicarse a volver a escribir los libros de texto con los que estudiará el nieto del alcalde, y eso es lo máximo (y lo mejor) que puede pedírsele”.
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