jueves, 1 de julio de 2021

La Reforma fue una revolución de nobles y de testas coronadas

Calvino

La Reforma fue una revolución, pero una revolución de nobles y de testas coronadas; porque, cuando los campesinos alemanes creyeron llegada la hora de reivindicar libertades, los caballeros les hicieron pedazos, con Lutero animándoles. Y por la paz de Augsburgo se llegó a la menos democrática de las soluciones religiosas. Cuius regio, eius religio. Cada Estado tendría la religión que hubiera elegido su príncipe y quien no gustara de ella podía emigrar, si le dejaban. La Reforma, en este aspecto, no fue nunca una liberación y el inconforme fue tratado con la misma violencia por la Inquisición española que por la calvinista. El pobre Miguel Servet fue quemado por Calvino no, como dice la leyenda española “por haber descubierto la circulación de la sangre”, sino por hereje. Y en la sentencia, Calvino toca un tema grato a sus enemigos del partido católico: Hay que acabar, como sea, con la posible infección.

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