No menos de sesenta mil judíos fueron salvados por las autoridades españolas

La intervención española para salvar judíos de Europa durante la persecución nazi alcanzó uno de sus mayores éxitos en Hungría. Los alemanes acabaron durante 1944 con el régimen del regente Miklos Horthy que había tratado de proteger a los judíos húngaros y desde mayo de ese año empezaron a salir de Hungría trenes enteros con judíos destinados a la muerte. Cuenta el historiador Ricardo de la Cierva que la intervención española en Hungría había empezado a favor de los judíos en 1943, cuando España logró salvar 1.200 vidas judías en esa nación. La eficaz actuación española a favor de los judíos húngaros en 1.944 y 1.945 se debe al valor y abnegación del encargado español de negocios en Budapest, Angel Sanz Briz. La protección española no se extendió solamente a los judíos de ascendencia española o sefarditas sino a todos los judíos, incluido los askenazis. Documentos judíos demuestran que Francisco Franco facilitó documentación española a 2.750 judíos askenazis además de a 1.200 sefarditas en 1.943. El cónsul de España en Zurich, Simón Marín, se refiere expresamente en testimonio documentado a la salvación de estos judíos de centroeuropea “por expreso designio de Franco”. Por otro parte el embajador de España en Copenhague, Joaquín Juste, cuenta como se entregó documentación a centenares de judíos daneses por expresas instrucciones de Franco. El conde de Casa Rojas, embajador de España en Rumanía, testifica la ayuda española a varios miles de judíos sefarditas rumanos. Federico Oliván cuenta como se ayudó desde el consulado general en Viena a judíos de Austria. El brazo protector de España se extendió hasta los lejanos judíos de Sanghai. El encargado de negocios de España en Atenas, Eduardo Gasset, protegió a los sefarditas de Salónica. Presiones alemanas acabaron en que numerosos sefarditas fueran deportados al campo alemán de Bergen-Belsen pero Franco reaccionó y exigió su liberación el 31 de Agosto de 1943. Franco consiguió su objetivo y más de mil sefarditas de Salónica fueron puestos en libertad y pudieron refugiarse en España .

El conde de Casa Rojas, embajador de España en Rumanía

Según la organización judía American Joint Distribution Commitee  “durante la fase más dura de los baños de sangre dispuestos por Hitler, no menos de sesenta mil judíos fueron salvados por la generosidad de las autoridades españolas, que les permitieron entrar en España y les ayudaron a continuar a lugares de refugio seguro”.