martes, 6 de julio de 2021

La morosidad del estado llevó a Elcano a la cárcel

Juan Sebastián Elcano


Cuentan las crónicas que Juan Sebastián Elcano desde 1509 prestó servicio de armas en diversas campañas mediterráneas bajo mandos tan insignes como el cardenal Cisneros o Gonzalo Fernández de Córdoba. Durante las campañas de Orán y Trípoli fue capitán de su propio navío al servicio de la corona española, pero ésta, en aquellos tiempos, tenía sus arcas prácticamente esquilmadas y, por este motivo, tardaba mucho tiempo en pagar los servicios prestados por los buques que la servían. En esa situación quedó Elcano, quien, para poder afrontar la creciente deuda contraída con su tripulación, se vio obligado a pedir un préstamo a unos mercaderes que traficaban bajo la jurisdicción del duque de Saboya, entregando como garantía la propiedad de su barco. Cuando cumplieron los plazos el navegante vasco no había recibido el dinero prometido por la corona y no tuvo más remedio que desprenderse de su nave. Este asunto lo llevó a sufrir la cárcel, pues la ley prohibía tajantemente la entrega de buques a potencias extranjeras. Y, por injusto que pueda parecer, Elcano fue acusado de traición a los suyos, aunque el monarca Carlos I, enterado de la historia, amnistió al bravo navegante permitiéndole seguir con su carrera de marino.

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