lunes, 10 de junio de 2024

El movimiento woke tiene referentes marxistas

El movimiento woke tiene referentes marxistas, a los que sus ideólogos y activistas hacen alusiones explícitas. “El capitalismo es esencialmente racista; el racismo es esencialmente capitalista” afirma Ibram X. Kendi, uno de sus mentores. Y las afroamericanas impulsoras del Black Lives Matter, Alicia Garza, Patrice Kahn-Cullors, y Opal Tometti, se definen como “marxistas entrenadas”. La nueva izquierda en EE.UU. se ha centrado en las últimas décadas en los intereses de los grupos culturales y minoritarios (feminismo, movimiento queer, LGTB, black power), enarbolando la bandera del identitarismo. Lo expresó el politólogo de izquierda Mark Lilla, profesor en Columbia: “La izquierda ha abandonado a la clase trabajadora, y la ha sustituido por un nuevo proletariado”. Este nuevo proletariado son las minorías históricamente discriminadas del que el activismo woke se sirve no “para perseguir el objetivo de la igualdad, como ocurría en la lucha de los negros por los derechos civiles en los años 60, sino la justicia, para corregir unas desventajas de partida frente a los grupos dominantes (blancos, varones, heterosexuales)” como apunta Juan Meseguer en Aceprensa. “Cambian la lucha de clases por la lucha de identidades”, dice Albert Mohler en The Public Discourse, y añade que reducen la vida social a “un conflicto permanente entre opresores y oprimidos”. Se apropian del concepto de justicia social, acuñado por el liberalismo clásico y lo redefinen, convirtiéndolo en instrumento de lucha de identidades particulares: “Las minorías oprimidas, que se enfrentan al nuevo enemigo designado, hombre blanco heterosexual”, apunta Alejo Schapire. El primer referente es, pues, el marxismo.


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