“El régimen esconde y maquilla sus estadísticas, pero puede decirse sin riesgo de error que una situación como la que se está viviendo en Cuba induce a la depresión y al suicidio en muchos casos”, sostiene Antonio José Ponte, vicedirector del Diario de Cuba. “El día a día es agónico. Las condiciones de vida se han hecho más terribles en los últimos tiempos”. Las aceras de La Habana están destruidas y las casas en ruinas. El icónico Malecón, donde los cubanos se reunían a tomar cervezas a ritmo de rumba, luce vacío.
“Yo no había oído hablar del suicidio hasta la pandemia”, relata Yanet. “Cuando todo cerró y no había trabajo la situación comenzó a empeorar y, desde entonces, conozco ya a cuatro vecinos de mi barrio que se han suicidado”, cuenta Yanet que ha vivido 24 años en la misma calle de La Habana Vieja.El último estudio publicado por el Observatorio Cubano de Derechos Humanos asegura que el 88 % de quienes viven en Cuba se encuentra en pobreza extrema. Las colas de los que, libreta de racionamiento en mano, esperan para tener pan, llena la calle. La escasez de productos ha vaciado aún más sus neveras.
El sistema de salud se ha venido abajo y no puede lidiar con las consecuencias del brutal deterioro de la isla. “Faltan médicos, enfermeras; las instalaciones y el equipamiento están en ruinas. Y en las farmacias se hace difícil encontrar hasta aspirinas”, cuenta el vicedirector del Diario de Cuba. “Aun si puedes conseguir fármacos y un especialista, tienes que encarar una cotidianidad para la que no se encuentra otra salida que la emigración, la demencia o el suicidio”.
Referencia:Diario de Cuba
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