Aconseja Francisco de Sales (1567-1622) que “cuando es necesario contradecir a alguien o dar una opinión en contra de alguien, hay que hacerlo con gran dulzura y destreza, sin ánimo de violentar a nadie, pues nada se gana actuando con aspereza… La razón humana puede ser persuadida pero no forzada. Si se la fuerza, se rebela.”
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