El 24 de febrero de 2022, el mismo día en que Rusia invadió Ucrania, un ciberataque dirigido al satélite de comunicaciones KA-SAT interrumpió las comunicaciones militares de Ucrania. El ataque, que las autoridades estadounidenses atribuyeron a la agencia de espionaje militar rusa, se extendió más allá de las fronteras de Ucrania. Dejó sin acceso a internet a decenas de miles de personas en toda Europa, desde Francia hasta Ucrania. Un mes después del ataque, unas 2.000 turbinas eólicas en Alemania seguían sin funcionar. Al día siguiente, un puesto de control fronterizo entre Ucrania y Rumanía fue atacado por un malware de eliminación de datos, un programa informático malicioso, que ralentizó los trámites de las personas refugiadas que intentaban huir del país. Estos son solo dos de los 35 importantes ciberataques contra infraestructuras esenciales y civiles en Ucrania que, desde el inicio de la guerra, la ONG con sede en Ginebra CyberPeace Institute ha registrado en su sitio web. Bruno Halopeau, jefe de tecnología y análisis cibernético de la organización, afirma que, aunque la mayoría de los ataques han sido contra objetivos militares, instituciones públicas y medios de comunicación, las personas civiles también se han visto afectadas. Según el derecho internacional humanitario, los ataques contra civiles pueden constituir crímenes de guerra.
El 26 de febrero de 2022, el Gobierno de Ucrania hizo un llamamiento a los piratas hackers del mundo para que se unieran a su ejército informático y lanzaran ataques contra objetivos rusos. El primer día de la guerra, el colectivo mundial de hackers Anonymous declaró que estaba participando en una ciberguerra contra Moscú. Estos “guerreros cibernéticos” no son conscientes de lo que implica su participación en el conflicto según el derecho internacional humanitario. “Al tomar parte activa en este conflicto, sin saberlo, pueden perder su protección legal como civiles y ser tratados como combatientes. Se exponen a las represalias del Estado al que atacan y son susceptibles de ser perseguidos después de la guerra”.
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