En el Fausto de Johann Wolfgang von Goethe, el personaje principal, un estudioso llamado Heinrich Faust, vende su alma inmortal al diablo, Mefistófeles. A cambio, recibe todo lo que desee mientras aún esté en la Tierra. En la obra de Goethe, Mefistófeles aparece como el eterno adversario del Ser. Este es su credo fundamental: “Soy el espíritu que siempre niega, y con razón, pues todo cuanto nace digno es de perecer; por eso sería mejor que nada naciera. Así pues, todo cuanto llamáis pecado y destrucción, en resumen, el mal, es mi elemento natural”. A Goethe este sentimiento de odio le parecía tan importante, tan indispensable para comprender el elemento central de la capacidad destructiva de un humano vengativo, que en la segunda parte de la obra, escrita muchos años después, hace repetir a Mefistófeles la misma idea con una formulación algo distinta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario