* “Después de la desaparición de la nobleza a principios del siglo XX, hoy día vemos la desaparición acelerada de la clase media, que ha sido el estabilizador de las sociedades democráticas; no quedarán más que ricos muy ricos y pobres con la particularidad de que serán tan pobres de cultura los más ricos como los más pobres. Tarea prioritaria sería educar a los poderosos, animarlos a alternar la vida activa con la contemplativa, el ocio con el negocio. El ocio puede ser fecundo, ser otra cosa que the entertainment. Si la oligarquía es pobre culturalmente, la “cultura general” de las naciones nunca va a poder renacer; dado que el pueblo observa el mimetismo de la clase dirigente.
Meritocracia |
El elitismo bien pensado, la “meritocracia”, es democrático; la cultura humanística es promoción humana; la formación meramente profesional es segregacionista. Un mundo de asalariados, sin otro horizonte que la producción y el consumo, está condenado a la barbarie. La terrible verdad es que la mercadotecnia ha engendrado la regresión cultural en escala “global”. Decididamente la humanidad tiene urgente necesidad de tomar a pecho las plagas más dolorosas: el hambre, las epidemias, las drogas, las mafias, la corrupción judicial, el fariseísmo político, y sobre todo el insaciable afán de lucro, explicación última de las demás plagas. A falta de un nuevo renacimiento cultural, el mundo se hundirá en la violencia individual y estatal. Hay que apoyarse en una evidencia, no hay más culturas que las tradicionales, porque la cultura y la tradición son una simbiosis; la innovación cultural es retoño de una tradición. Radicalmente distinta es la mal llamada “cultura posmoderna”, mero conglomerado de escombros culturales, desechos de medios audiovisuales, resultado precario de un proceso de “desculturación” avanzada, privilegio exclusivo de las sociedades que se consideran más “avanzadas” justamente, y por ello están en crisis.
Rabelais declaró: “Ciencia sin conciencia no es sino ruina del alma”. Muy pocos políticos y estadistas modernos tienen conciencia del provecho que se puede sacar de la cultura; si hablan de “educación”, piensan en la formación profesional. Pero el humanismo es la formación humana; no hay arte ni oficio más noble que el de ser hombre, es la profesión que cada uno debería profesar antes que cualquier otra.”
*Jacques Lafaye
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